lunes, 19 de noviembre de 2012

Número 24. Al pasar la barca, me dijo el barquero...

Al pasar la barca
me dijo el barquero,
las niñas bonitas
no pagan dinero.
Barca varada en la orilla de una ría

Esta estrofa, muy popular en el folclore infantil hispano, deja entrever una historia de seducción del hombre maduro hacia la modesta muchachita que intenta pasar el río, pero ¡ay!, el barquero pretende aprovecharse vilmente de esa inocencia. 

A partir de esa estrofa, con muy pocas variantes, la historia discurre, según las distintas versiones por derroteros diversos, pero siempre la virtud de la muchacha resplandece, llegando incluso a renunciar a su belleza:

Yo no soy bonita,
ni lo quiero ser.
¡Arriba la barca!
Una, dos y tres.


Hoy, como vimos en el Refranero para tiempos de crisis, las cosas han cambiado sustancialmente: ni la belleza ni la virtud de las muchachas, vale delante de los banqueros, que siguen acumulando intereses e intereses, y además se van quedando poco a poco con todas las barcas: 


Al pasar por BANKIA,
me dijo el bankiero,
aunque seas bonita,
me quedo el dinero.


Tres lanchas fondeadas en la orilla de la ría.



Bibliografía



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